Cómo identificar cuál es el tipo de piel que tienes
Uno de los principales errores que comenten las chicas al comprar productos de cuidado de la piel, es no adquirir los adecuados para su tipo
Antes de adquirir cualquier producto de cuidado de la piel o seguir las nuevas tendencias de belleza, resulta de suma importancia que cada persona conozca el tipo de piel que tiene, si padece de alguna afección y cuáles son las opciones ideales para mejorar su aspecto. En anteriores oportunidades, te hemos compartido una serie de productos ideales para la piel grasa, seca, mixta e incluso para aquellas que presentan brotes de acné, manchas o signos de envejecimiento. Sin embargo, en esta ocasión nos centraremos en el aspecto más básico, y por ello, te presentaremos cómo puedes identificar cuál es el tipo de piel que tienes y cómo puedes cuidarla adecuadamente.
El cuidado de la piel se ha convertido en uno de los aspectos más importantes a seguir en la actualidad, por lo que resulta de suma importancia comprender que existen diferentes tipos, donde se encuentra: la piel normal, grasa, seca, mixta y sensible. Para identificarlas, lava tu rostro con abundante agua junto a un limpiador suave, seca con suavidad y espera algunos minutos u horas para observar cuáles características concuerdan con los tipos que te presentaremos a continuación.
¿Cómo saber cuál es tu tipo de piel?
1.- Piel normal
La piel normal se identifica principalmente por no mostrar ningún tipo de problema a primera vista, es decir, sus poros son pequeños, no presenta exceso de grasa o problemas de resequedad en alguna zona, es suave, mantiene su elasticidad y no existen brotes de acné o irritaciones. De hecho, este estado suele mantenerse durante todo el día, sobre todo cuando no posee ningún producto cosméticos en la superficie. Este es uno de los tipos de pieles más fáciles de cuidar, ya que solo amerita del uso de un gel limpiador, tónico, hidratante y protector solar.
2.- Piel grasa
La piel grasa es uno de los tipos más comunes que suelen presentar las chicas, la cual se caracteriza por producir mayor cantidad de sebo, tener poros de gran tamaño, poseer un gran brillo y aspecto grasoso, al igual que tener una marcada tendencia a la aparición de brotes de acné. Por diversas causas, estos tipos de pieles tienen glándulas sebáceas que trabajan con mayor frecuencia y crean un exceso de grasa, la cual al combinarse con agentes externos como la suciedad o productos cosméticos, suelen promover la aparición de granos, puntos negros y espinillas. Para cuidar este tipo de piel, puedes seguir cada uno de los pasos que mencionamos anteriormente que estén diseñados para piel grasa, e incluir productos con propiedades antibacterianas, como el ácido salicílico, para regular el sebo y prevenir la aparición de brotes.
3.- Piel seca
La piel seca se identifica principalmente por mantener un aspecto áspero, más tirante, con poca elasticidad, descamaciones y con una tez más apagada. Esto se debe a que, a diferencia del caso anterior, las glándulas sebáceas trabajan con muy poca frecuencia y la piel tiende a retener menor humedad. Por ello, en estos casos se aconseja utilizar muchos productos hidratantes a base de aceites, cremas y bálsamos, al igual que se recomienda el uso constante de protector solar y sérums antienvejecimiento, ya que las pieles secas presentan arrugas con mayor facilidad.
4.- Piel mixta
La piel mixta, como su nombre lo indica, podría referirse a la combinación de los anteriores tres tipos que te presentamos, pues suele presentar zonas grasas en la frente, nariz y mentón, junto a otras partes normales, o resequedad en partes específicas del rostro, como las mejillas. Antes de elegir un producto, debes aprender a reconocer cuáles son tus zonas afectadas en este caso y tratarlas adecuadamente. Sin embargo, como regla general se aconseja el uso de lociones hidratantes y productos diseñados para pieles mixtas.
5.- Piel sensible
La piel sensible probablemente es uno de los tipos más delicados de tratar, ya que como su nombre lo indica, se refiere aquellas que se caracterizan por presentar irritación con facilidad, enrojecimientos, poros pequeños, piel delgada y es tirante. De hecho, puede identificarse fácilmente por ser reactiva, por lo que reacciona tanto a agentes internos como el estrés y los cambios hormonales, como a los externos ya sea un cambio climático, productos con alcohol, fragancias o limpiadores fuertes. Para este tipo de piel, se aconseja usar productos dermatológicos que presenten fórmulas suaves, hidratantes y libres de perfume, al igual que utilizar protector solar constantemente.
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