Aceites para el cabello: qué debes tomar en cuenta antes de incluirlos en tu rutina

Los aceites capilares se han convertido en los productos más buscados para mejorar el aspecto del cabello, ya que han sido considerados como una excelente fuente de nutrientes que pueden tratar muchas de sus necesidades. De hecho, las presentaciones que más se han popularizado en los últimos años son el aceite de coco, oliva, argán y ricino, los cuales cumplen diferentes funciones dentro de una rutina de cuidado. Sin embargo, no todas las opciones otorgan los mismo beneficios, ni pueden ser usados de la misma forma sobre cualquier tipo de cabello. Por ello, en esta oportunidad nos encargaremos de compartirte todos los detalles que debes tomar en cuenta antes de usar aceites para cuidar tu cabello.

¿Cuáles son los beneficios de usar aceite en el pelo?

Dentro del mundo de los productos para el cuidado del cabello, existen una gran variedad de aceites con diferentes fórmulas y en muchos casos funciones específicas. De hecho, muchos de ellos cumplen con la función de penetrar en la hebra capilar para nutrir, proteger de las herramientas de calor o sellar las puntas con fórmulas más elaboradas. Sin embargo, en esta ocasión nos centraremos en cuáles son los beneficios principales que suelen aportar la mayoría de estas presentaciones, sobre todo aquellas que cuentan con ingredientes naturales.

• Aportan protección contra el desgaste regular en las puntas.
• Algunas opciones, funcionan para combatir la resequedad en el cuero cabelludo.
• Los ácidos grasos de los aceites actúan para reemplazar los lípidos, lo cual beneficia un acabado brillante, suave y saludable.
• Fortalecen la raíz del cuero cabelludo.
• Mejoran la manejabilidad del pelo.
• Aportan nutrientes que favorecen el cuidado y el buen aspecto.
• Funcionan como tratamiento de pre lavado.
• Estimulan la circulación sanguínea en el cuero cabelludo.
• Evitan que las puntas luzcan resecas y quebradizas.

¿Cómo se debe usar el aceite?

Los aceites capilares son productos que la mayoría de las chicas han incluido alguna vez en sus rutinas, aunque probablemente sus experiencias no hayan sido tan satisfactorias, ya que deben tomar en cuenta una serie de aspectos antes de usarlos. El primero es identificar el tipo de cabello y sus necesidades, ya que en caso de tener el cuero cabelludo graso, solo se aconseja usar estos productos en las puntas para no sobre estimular la producción de sebo. En caso de presentar resequedad, resultará ser el caso contrario, ya que si se recomienda nutrir la zona del cuero cabelludo con los ácidos grasos. De hecho, la principal recomendación que te haremos para nutrir las puntas es el aceite de argán. Conoce cómo incluir este producto en tu rutina.

Una vez que hayas descubierto dónde puedes aplicar los aceites, llegó el momento de decidir en qué momento del día deseas utilizarlo, tomando en cuenta que debe usarse antes del lavado del cabello. Inicialmente, se aconseja aplicar los aceites antes de dormir, para que estos actúen toda la noche y al día siguiente, podrás lavar tu cabello en la mañana para evitar que el producto entre en contacto con el sol y evitar que el cabello luzca grasoso. Una segunda forma de usar los aceites es como pre shampoo, que consiste en aplicarlos 30 minutos a 1 hora antes de tomar una ducha. Para la resequedad en el cuero cabelludo, te aconsejamos emplear el producto con masajes para favorecer su absorción, y usar opciones como el aceite de té de arbol, que también funciona para tratar la caspa y los hongos.

Estas recomendaciones se deben principalmente a aceites de origen natural, como el de coco, almendras, ricino, argán u oliva, ya que estas son opciones que no cuentan con fórmulas tan elaboradas. En caso de contar con un aceite de marca con un complejo estudiado, te aconsejamos cumplir con las indicaciones que el producto presente en su empaque. Consigue el aceite adecuado para tus necesidades y anímate a incluirlos en tu rutina.

Sigue leyendo:

Relacionado

Mascarillas de aloe vera: cómo mejorar el brillo de tu pelo con este ingrediente natural