5 errores comunes al momento de lavar el rostro que maltratan la piel
La limpieza facial es un paso vital en cualquier rutina de belleza, pero es posible que no la estés realizando de la forma correcta
Lavarse la cara puede parecer un procedimiento bastante sencillo: poner limpiador/jabón, enjuagar y secar. Sin embargo, quizá estás cometiendo alguno de los errores bastante comunes en tu limpieza facial.
Si tu piel carece de ese aspecto fresco y brillante, es posible que debas prestar atención a cómo te lavas la cara. Algunos hábitos de lavado aparentemente inofensivos pueden causar estragos en la piel y provocar sequedad excesiva, grasa o incluso brotes.
Hay un gran poder e importancia en saber cómo limpiar tu piel adecuadamente. Sin la limpieza, tus otros productos no tienen la posibilidad de alcanzar su máximo potencial. En otras palabras, deseas realizar correctamente este paso en tu rutina y estamos aquí para ayudarte.
A continuación, analizamos cinco errores comunes que podrías estar cometiendo en su rutina de limpieza facial.
1- Usas la fórmula incorrecta en tu limpiador
El objetivo de una rutina de cuidado de la piel es abordar tus necesidades únicas. Una vez que hayas comenzado a determinar tu tipo de piel, querrás crear un régimen en consecuencia.
El paso más importante para tener una piel impecable es comprar los productos adecuados para tu tipo de piel. Los tipos de piel incluyen seca, grasa o propensa al acné; diferentes productos funcionan mejor para cada tipo de piel.
Tu limpiador debe eliminar toda la suciedad y la mugre diaria de tu rostro, pero no despojar la piel de sus aceites naturales. Los dermatólogos recomiendan una loción limpiadora cremosa e hidratante para pieles normales a secas. Mientras tanto, aquellos con tipos grasos o combinados deben elegir un limpiador en gel o espuma antiinflamatorio.
2- Te frotas la piel con demasiada fuerza
Frotar tu piel con fuerza como si fuera una estufa grasienta no la hará más limpia. De hecho, la presión que estás ejerciendo sobre tu rostro no afecta en absoluto la higiene de tu piel, al menos, no para mejor. Lamentablemente, frotarlo con demasiada fuerza y con un limpiador fuerte puede desgastar la capa más externa de la piel, lo que podría causar inflamación e irritación.
Masajea la piel suavemente con una ligera presión. Todo el proceso debería llevar entre 30 y 60 segundos de lavado suave.
3- Aplicas limpiador incorrectamente
Si estás usando una loción limpiadora ligera, aplícala sobre la piel seca y frótala durante unos segundos, como lo harías con una crema hidratante. Esto le da tiempo a los aceites en el limpiador para descomponer los aceites en tu maquillaje y en tu piel. Luego, humedezca ligeramente las yemas de los dedos para ayudar a emulsionar el limpiador. Asegúrate de masajear el limpiador con un movimiento circular hacia afuera.
Otro error común es no dar a los productos el tiempo suficiente para que funcionen. Si usas un limpiador para el tratamiento del acné hecho para combatir los brotes, déjalo reposar sobre la piel durante un minuto antes de enjuagar. Esto le da a los ingredientes activos el tiempo suficiente para matar las bacterias que causan el acné.
4- El agua está demasiado caliente o fría
Aunque puede resultar tentador subir la temperatura, hacerlo resultará contraproducente. Es mejor lavarte el rostro con agua tibia en lugar de en temperaturas extremas. El agua caliente seca tu piel, enviando tus glándulas a una sobremarcha productora de aceite para combatir la sequedad repentina. El agua caliente también te hace lucir enrojecida, especialmente si tienes acné o rosácea. El agua fría, sin embargo, tiene un efecto adverso al evitar que se abran los poros.
5- Te lavas la cara con demasiada frecuencia
¿Sabías que lavarte la cara con demasiada frecuencia podría empeorar tu piel? Es posible que las personas con piel seca solo necesiten limpiarse una vez al día, pero las personas con piel más grasa deben lavarse dos veces al día como máximo. Lavarse más de dos veces al día secará la piel y hará que produzca más grasa para compensar la sequedad.
Si solo te lavas la cara una vez al día, asegúrate de hacerlo por la noche en lugar de por la mañana. Esto eliminará toda la suciedad y los contaminantes que se acumulan en tu piel durante el día. Los contaminantes del aire contribuyen al envejecimiento de la piel, por lo que debes lavarlos antes de acostarte.
Si bien algunos expertos dirán que lavarse la cara por la mañana es necesario porque las bacterias pueden acumularse en la piel mientras duermes, otros están defendiendo omitir el paso por completo, por lo que la piel tiene más tiempo para reconstruirse y repararse.
Saltarse una limpieza matutina no funciona para todos los tipos de piel, así que ten en cuenta la condición actual de su piel antes de tomar una decisión final.